Este año estoy muy contenta con los alumnos de los cursos a los que les doy clase. Todos muestran mucho interés por aprender (y no sólo por aprobar o por la nota final), a pesar de que algunos tienen dificultades. ¡Así da gusto!
En la clase de Matemáticas Académicas de 3º de ESO, hace unas semanas, me preguntaron si había mujeres matemáticas. ¡Me dejaron de piedra! ¿Cómo era posible que no conociesen ni siquiera a Hipatia? Aunque fuese por la película de Amenabar. Pues nada, no habían oído hablar de ella. Evidentemente no era culpa de ellos, seguramente ninguno de sus profesor@s anteriores les habrá hablado de ninguna y no con mala intención, sino porque no habrá surgido en clase.
Mi primera intención fue decirles el nombre de tres o cuatro matemáticas y continuar con la clase, pero rápidamente cambié de idea, ¡cómo desaprovechar esa oportunidad? Les dije que ya les hablaría de alguna de ellas, pero más adelante. Quería darle forma a las ideas que me estaban viniendo, y así lo hice cuando llegué a casa. Decidí que todas las semanas o cada quince días (según fuese transcurriendo el curso) les hablaría de la vida y las contribuciones de algún matemático, no sólo de mujeres, pero sí especialmente de ellas. Como sabéis me encanta la historia, así que ¡qué mejor manera de contarla! Además, lo haría de un modo divertido, a partir de anécdotas y proponiéndoles un reto.
Para comenzar y presentarles la actividad, decidí hablarles de los premios Nobel (estábamos en la semana en la que se estaban fallando), las medallas Fields y los premios Abel, contarles su historia y darles los datos acerca del número de hombres y mujeres que han ganado dicho galardones. Les preparé un cartel que colgamos en clase, encima de la pizarra y que es el primero de todos los que iré preparando a lo largo del curso.
La reacción de los alumn@s fue de sorpresa, no sólo por los datos históricos, como que Alfred Nobel dicidiese dejar su fortuna a establecer los premios Nobel, porque se sentía mal por el mal uso que se le estaba dando al su invento: la dinamita, o que Marie Curie es la única mujer que tiene dos premios Nobel (y una de las únicas cuatro personas que tienen ese honor), sino porque vieron, con datos, la gran diferencia que hay entre hombres y mujeres.
Las preguntas que flotaron en el aire fueron: ¿de verdad que no hay más mujeres? ¿Por qué? La respuesta la dieron ellos mismos también: discriminación. Incluso llegaron a hablar de que los jurados eran injustos, cosa que, evidentemente, no podemos decir, pero lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que en su mayoría han estado formados siempre por hombres y tal vez eso haya influido en sus decisiones ¿no?