Este año para comenzar el curso en Taller de Matemáticas de 2º de ESO he decidió no hacer la típica ficha de repaso del curso anterior que a los alumnos les aburre tanto y les motiva tan poco, y he hecho un breakout.
Los alumnos de Taller de Matemáticas de 2º ya comienzan a temer a las matemáticas porque la mayoría de ellos ya han tenido “problemas” con ellas. De hecho, en este curso, de los seis alumnos que cursan el taller, cuatro tienen pendientes las matemáticas de 1º de ESO. Para conocer su nivel y comenzar a reconocer dónde encuentran más dificultades, las distintas pruebas del breakout me darán la información. Además, a ellos les ayudará a conocerse, puesto que, aunque llevan ya un curso en el centro, no todos coincidieron en la misma clase el curso anterior. Y todo eso sin contar que verán que la clase de matemáticas también puede ser divertida. ?
Como ya he comentado en clase hay seis alumnos, así que he querido realizar dos grupos de tres alumnos. Para ello puse unas pegatinas de frutas dentro de unos sobres blancos, de manera que los alumnos cogían los sobres y al abrirlos se tenían que reunir según la fruta de la pegatina que encontrasen. Además, en cada sobre había un trozo de una frase, de modo que lo primero que tenían que hacer, una vez formado el equipo, era construir la frase, que era: VAMOS A DISFRUTAR APRENDIENDO MATEMÁTICAS. Después, un portavoz de cada equipo tenía que venir a pedirme el sobre con la primera prueba matemática.
Esta primera prueba consistía en pasar cinco números romanos a sistema decimal y sumarlos. A continuación, tenían que sumar las cifras del número obtenido y volverlas a sumar hasta que les quedase una cifra. Esta sería uno de los dígitos que deberían usar para abrir el cofre final. En este caso 8.
Una vez obtenida la cifra, el portavoz del equipo tenía que volver a pedirme el sobre de la segunda prueba matemática que consistía en resolver el siguiente acertijo:
Además, en el sobre se les decía que la cifra (del resultado obtenido) que tenían que usar en el candado que abría el cofre era la de las unidades (0) y se les indicada que, una vez obtenida, el portavoz tenía que ir a la sala de profesores a pedirle a un profesor “cómplice” el sobre naranja, en el que encontrarían la siguiente pista.
La tercera prueba consistía en dos ejercicios de jerarquía de las operaciones y la cifra que tenían que usar en el candado era el m.c.d. de los resultados obtenidos en ambos ejercicios. En este caso 2. En este sobre también se les indicaba que, una vez obtenida la cifra, tenían que buscar el sobre donde estaba la última cifra del candado por la clase. Además, para ayudarles, se les decía que el sobre era azul.
La última prueba consistía en contar el número de caras, aristas y vértices de un tetraedro, un hexaedro y un octaedro (figuras que había por la clase junto con otras muchas) y sumar el número de caras y vértices de cada poliedro y restarle el de aristas, es decir aplicar la igualdad de Euler, para que comprueben que siempre sale 2. Una vez hecho esto, la cifra que les serviría para abrir el candado era la suma de los resultados obtenidos, es decir 6. Para terminar, se les indicaba que pidieran el último sobre a la profesora para así saber en qué orden tenían que poner las cifras en el candado.
En este último sobre, había un código QR humano generado con Word y siguiendo las indicaciones del tutorial que aparece en https://magimaticas.webnode.es/
Cuando miramos este papel poniéndolo a la altura de los ojos en una dirección leemos: LOS NÚMEROS VAN EN ORDEN, y cuando lo ponemos en otra dirección: INVERSO A COMO SE HALLARON. Por tanto, el código que abría el candado era: 6208
El grupo que abrió el cofre encontró caramelos, suficientes como para repartir con todos los compañeros, y una carta motivadora generada con http://hearthcards.net/
La experiencia ha sido muy positiva, a pesar de que al grupo se le veía poco emocionado. No mostraron ningún nerviosismo ni compitieron por ser los primeros en abrir el cofre. Iban a su ritmo, despacio, pero sin pausa. Prácticamente los dos equipos fueron todo el tiempo a la par.
En cuanto a las pruebas, he podido observar que la mayor parte de sus problemas reside en que no leen el enunciado. Directamente comienzan a hacer las actividades y si estas son mecánicas, como la de jerarquía de las operaciones, este hecho resalta más. También he observado carencias en geometría: los dos equipos preguntaron que eran vértices, aristas y caras en la prueba de los sólidos platónicos. El resto de errores que cometieron, como confundir las unidades con las decenas, creo que se deben más a los “estragos” del verano, que ha dificultades propias de ellos.
Después de terminar el breakout les pregunté a ellos por la experiencia y comentaron que les había gustado mucho y que querían repetirla. Esto me alegró porque fueron muy poco expresivos mientras que la hacían y pensé que tal vez no les gustaba ese tipo de actividades. Se lo comenté y me dijeron que no que estaban encantados, que es que ellos son así: tímidos. Así que nada, ¡a pensar en el próximo! ?
Os dejo unas fotos de los alumnos mientras resolvía las pruebas.