Todos sabemos que resolver problemas es difícil, pero no es imposible. De hecho, es lo más divertido de las matemáticas. Operar por operar será fácil, pero es aburrido. Enfrentarnos a un problemas y ser capaces de resolverlo es lo mejor de lo mejor. 😉
Con la intención de ayudaros a plantear algunos problemas que son típicos (todos se resuelven igual) os dejo en esta entrada dos problemas «de relojes».